lunes, 7 de febrero de 2011

Francieli



Belfast vuelve a oler a sangre,
roja como rosas con espinas
cortantes como filos de navajas.
Veintiocho primaveras de samba
desgarrados a navajazos
en La Rosaleda de las Mercedes.
Francieli era tu nombre,
que tiene regusto a cielo.
Ojalá este destino sea
mejor elección que el primero.
Belfast número trece
huele a mala suerte y a sangre.
Su agresor, su asesino,
con treinta cursos de aprendiz de dios,
creyó terminado su entrenamiento
y quiso volar tras su última práctica
como director de vidas.
Pero sus alas eran de aprendiz
y el justo suelo rompió sus huesos.
Treinta años y un día de condena
y toda la eternidad de tormento
para el aprendiz.
Siete mil noches en vela
recordando tu rostro, Francieli,
tu sangre de samba,
tus gritos que sonaban a fado.
¡Que no duerma! ¡Que no descanse!
Que la culpa y el remordimiento
aten sus alas para que nunca,
nunca más, levante el vuelo.

1 comentario:

  1. Bonito poema al maltrato, a la muerte de una mujer a manos de un hombre machista. Bonita interpreteción en verso de una noticia periodistica.

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